
Ahora no es lo mismo pero aprendí a recuperar algunas quimeras que me hacían feliz y me dolió haber perdido. Porque fue un aprendizaje duro y lento el que me llevó a dejar sueños antigüos.
Pretendo renacer, me siento igual que ayer en aspectos que aún perviven en cuerpo y alma.
En esta realidad que nos toca, donde nada es seguro ni para siempre, podemos continuar hacia adelante venciendo los obstáculos más increíbles: el miedo, la incomprensión humana, la competencia desmedida, el odio, la ira y a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario aquí